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Can Gazà



Can Gazà, una finca a las afueras de Palma de Mallorca, se ha convertido en un refugio para muchos hombres que durante años han vivido inmersos en el mundo de las drogas, el alcohol, la calle y la marginación. La mayoría tiene más de 50 años y se encuentran enfermos, algunos en estado terminal. Su adicción les ha llevado a perder todo: familia, trabajo, dinero, amigos.
Al frente de esta casa se encuentra Jaume Santandreu, un sacerdote que ha realizado un largo camino luchando por los derechos de los pobres y los marginados. Es su opción vital desde hace unos 30 años, durante ese tiempo ha transformado esta finca en una especie de comuna en la que conviven como una gran família, y donde pueden morir con dignidad. Expulsados de la sociedad, Can Gazà es probablemente la última estación de su vida.
Tras pasar años viviendo en la calle ahora han encontrado un lugar donde tienen techo, comida, y cama. En Can Gazà no hay trabajadores sociales, ni médicos, ni monitores, ni siquiera cocineros o cuidadores. Comen los animales que crían y cultivan un pequeño huerto, lo que les permite autogetionarse sin apenas recibir ayudas de las instituciones.
En Crónicas hablan de como llegaron al mundo de las drogas y el alcohol, su lucha personal para alejarse de la drogodependencia. A muchos aún les queda un largo camino que recorrer. Varios han superado sobredosis o episodios de "delirium tremens", y recuerdan que no es muy difícil llegar a su situación, que muchas veces una serie de circunstancias pueden conducir al abismo de la marginación.






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