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Refuerzo positivo

El refuerzo positivo hace referencia al efecto que ciertos estímulos tienen sobre las conductas que los preceden. Lo que parece ocurrir es que la aparición de un estímulo apetitivo activa los mecanismos cerebrales del refuerzo, incrementando la probabilidad de la respuesta que se acaba de realizar; por ejemplo presionar una palanca en una jaula experimental o inyectarse una jeringuilla en el caso de un adicto a la heroína. 
Las drogas adictivas tienen efectos reforzantes. En otras palabras, activan el mecanismo del refuerzo en el cerebro.


La eficacia de un estímulo reforzante es mayor si éste ocurre inmediatamente después de que se produzca una respuesta. Si el estímulo reforzante es demorado, se vuelve considerablemente menos efectivo.



La inmediatez del refuerzo tiene preferencia sobre la cantidad o magnitud: En un experimento llevado a cabo se ilustra la importancia de la inmediatez. Al ofrecerle a una serie de personas elegidas al azar elegir entre recibir 100€ al momento o esperar una semana y recibir 120€; todos elegían los 100€ al momento. A pesar de que la estrategia más <> debería ser esperar un poco más para recibir un 20% más de cantidad, las personas prefirieron una cantidad menor pero al instante. Como vemos, la inmediatez del refuerzo tiene preferencia sobre su cantidad o magnitud.

Este fenómeno explica por qué las drogas más adictivas son aquellas que tienen unos efectos inmediatos. Los adictos prefieren la heroína a la morfina no porque la heroína tenga un efecto diferente, sino debido a que su efecto es más rápido.


Mecanismos neurales:

Todos los reforzadores naturales estudiados hasta ahora (la comida, el sexo, las drogas) tienen un efecto fisiológico común: provocan la liberación de dopamina en el núcleo accumbens (White, 1996). La liberación de dopamina parece constituir una condición necesaria (aunque no suficiente) para que el refuerzo pueda tener lugar.



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